TOPONIMIA:
La palabra Puruándiro, en lengua purépecha, significa “Lugar de Aguas Termales” o “Donde Hierve el Agua”
ESCUDO DE LA CIUDADDE PURUÁNDIRO
Este escudo de la Ciudad de Puruándiro –cortado y cortinado–, tiene la forma de mayor belleza en su armonía plástica, según las reglas de la heráldica civil.
Los Cuarteles superiores, adiestrado y siniestrado, son campos de sinople patinado que habla de la antigua fructífera riqueza del Valle en que se asienta la
comunidad desde la época prehispánica, y que asimismo significa el ideal de sus progresistas habitantes de volverlo a tener como emporio de abundancia.
El Cuartel central es un campo leonado que simboliza la firmeza, audacia, señorío y decisión, características que siempre han definido las banderas históricas de la ciudad.
El Cuartel inferior, de partición cortada, es un amplio campo de azul que es elocuente signo de la proliferación de lugares acuíferos, mismos que fueron encanto singular de los príncipes purépechas del reino michoaque, y que dieron origen al nombre de Puruándiro como “Lugar de aguas termales” lugar del agua en que reposa el fuego y de donde sale la luz del día, la Laguna, el Ojo Santo, Carano, el Agua Tibia, Geroche, etc.
La carga la forman: En el Cuartel superior derecho del Escudo, la figura venerable del primer fundador del convento agustiniano, Fray Juan de Acosta, “cuya excelente virtud fue la caridad, tanto que era conocido con el nombre de “Juan el Limosnero” y quien murió en Puruándiro en honor de santidad”, según el
decir justo del acucioso historiador José Antonio Zavala Bucio.
En el Cuartel superior izquierdo del Escudo, la efigie del primer catecúmeno a quien se puso por nombre Juan Turín o Turhípiti, el cacique de negro, y que fue bautizado con las aguas del manantial conocido ahora y debido a la anécdota histórica, como “Juanturín” o “Juanturío”.
En el Cuartel central, ribeteado en oro, la imagen de don Juan de Villaseñor Orozco fundador de Puruándiro en 1527 y “modelo de encomenderos” según el padre Basalenque; y caballero sin tacha a quien fray Matías de Escobar llamó también “el Abraham de este Nuevo Mundo” y de tan noble tronco que de él salió todo lo bueno Hidalgo del reino de Michoacán.
En el Cuartel inferior, tres antorchas encendidas y representativas: La adiestrada, de las fogosas gestas de la Independencia en las que la ciudad fue escenario imprescindible y de donde partieron a la lucha, Miguel López y José María Armenta, quienes cayeron en Oaxaca primeros mártires de la defensa de la libertad. La antorcha central, es igualmente un homenaje a los valerosos patriotas que dieron su vida por resguardar los derechos legítimos de la República y entre quienes se contaron los célebres “Lanceros de Puruándiro” en 1865. La antorcha siniestrada, constituye también un reconocimiento a los Puruandirenses que participaron en el resguardo de la población y en los diversos incidentes que dieron por resultado el triunfo de la Revolución de 1910. Las tres antorchas lucen sendas coronas doradas que son la ofrenda de Puruándiro a sus hijos notables en las referidas lides históricas.
El Escudo tiene una bordura en campo naranjado ribeteado en sable. En la parte superior, presenta una concha de carey, utensilio usado generalmente por los franciscanos para derramar las aguas bautismales en la cabeza de los neófitos y que habla de quien es, desde la fundación, patrono canónico del pueblo, llamado San Juan Bautista Puruándiro.
A la derecha izquierda y centro debajo de la bordura, las figuras de tres casas típicamente indígenas que nos recuerdan los tres primeros Barrios principales del antiguo Puruándiro: El Ojo Santo en el centro Sur Geroche al Oriente y Juanturío al Poniente.
El escudo está timbrado por un jeroglífico nahua que responde y define la etimología phorhé del nombre de Puruándiro como lugar en donde hierve el agua. La divisa del Escudo lleva un grito o emblema basado en la expresión que de la conducta de don Juan de Villaseñor Orozco dejó inmortalizada al padre Fray Nicolás Navarrete al decir que aquel caballero: “Sólo ceñiré la espada para
defender la justicia” y que aquí se torna en voto y promesa presente de los ciudadanos Puruandirenses: CEÑIREMOS LA ESPADA SÓLO PARA DEFENDER LA JUSTICIA.
Los sostenes del Escudo los constituyen dos espadas antiguas y cruzadas, como en señal de juramento, amor y admiración filial y fe en el futuro de la ciudad. Los lambrequines de oro, igual que giras al estilo de cascos guerreros, dan al Escudo la ornamentación complementaria que exigen las láureas y prestigio que siempre le han sido reconocidos a la muy ilustre y heroica ciudad de Puruándiro.
Durante la Administración municipal del señor Héctor González Vázquez (1984-1986) se encargó elaborar este escudo a los señores Profesor Francisco Elizalde García y pintor, Héctor Duarte Sánchez, en 1985. Basados en el libro“PURUÁNDIRO” (apuntes históricos) 1978, de José Antonio Zavala Bucio.
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